LA DESMEMBRACIÓN DE POLONIA EN EL SIGLO XVIII.
La repartición de Polonia en el siglo XVIII fue un proceso que llevó a la desaparición del Reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania como Estado independiente. Este evento fue el resultado de una combinación de factores internos y presiones externas, culminando en tres reparticiones entre 1772 y 1795, ejecutadas por Prusia, Austria y Rusia.
Causas de la repartición de Polonia.
Uno de los principales factores que provocaron la desaparición de Polonia-Lituania fue su debilidad interna. La Confederación Polaco-Lituana era una monarquía electiva con un sistema de gobierno conocido como la "democracia de los nobles" (szlachta), caracterizada por la libertad política de la aristocracia pero con un poder central extremadamente débil. La institución del liberum veto , que permitía que un solo noble pudiera bloquear cualquier decisión del Sejm (parlamento), dificultaba la implementación de reformas y generaba caos político.
Además, Polonia-Lituania estaba rodeada de potencias expansionistas como Rusia, Prusia y Austria, que veían con interés la posibilidad de repartir el territorio polaco para fortalecer sus posiciones en Europa. Las constantes intervenciones extranjeras en la política polaca debilitaron aún más al Estado. En este contexto, la influencia de Rusia fue especialmente fuerte, imponiendo candidatos al trono polaco y manipulando la política interna en su favor.
Otro factor importante fue la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1738), que demostró la vulnerabilidad del país y la falta de una autoridad central fuerte. A esto se sumó la Guerra de los Siete Años (1756-1763), en la que Polonia no participó directamente, pero cuyos resultados alteraron el equilibrio de poder en Europa, aumentando la presión sobre el país.
Fases de la repartición de Polonia
El proceso de desmembramiento de Polonia se llevó a cabo en tres fases principales:
Primera repartición (1772): Prusia, Austria y Rusia aprovecharon la inestabilidad interna de Polonia y se repartieron territorios bajo el pretexto de restaurar el orden en la región. Rusia tomó la región oriental de Polonia y Lituania, Austria se apoderó de Galitzia y Prusia obtuvo Pomerania occidental y la región de Warmia. Esta primera división redujo significativamente el tamaño del país y agravó aún más su crisis política.
Segunda repartición (1793): Tras la aprobación de la Constitución del 3 de mayo de 1791, que intentaba modernizar el país y fortalecer la monarquía, Rusia y Prusia intervinieron militarmente para evitar que Polonia se convirtiera en un Estado fuerte. Como resultado, en 1793, estos dos países llevaron a cabo la segunda repartición, en la que Rusia tomó el este de Polonia y Prusia obtuvo la Gran Polonia y Mazovia. Este nuevo despojo provocó la insurrección de Tadeusz Kościuszko en 1794, un intento fallido de resistir la dominación extranjera.
Tercera repartición (1795): La insurrección de Kościuszko fue derrotada, lo que permitió que Rusia, Prusia y Austria llevaran a cabo la tercera y última partición en 1795. En esta ocasión, Polonia dejó de existir como Estado independiente, siendo completamente dividida entre las tres potencias. Rusia se quedó con el resto del este de Polonia, Austria tomó el sur y Prusia se trasladó a Varsovia y las regiones occidentales.
Consecuencias.
La desaparición de Polonia en 1795 marcó el inicio de más de 120 años de dominio extranjero. A lo largo del siglo XIX, el pueblo polaco intentó en varias ocasiones recuperar su independencia mediante levantamientos, como los de 1830 y 1863, pero sin éxito. No fue hasta el final de la Primera Guerra Mundial, en 1918, cuando Polonia resurgió como nación independiente con la restauración de la Segunda República Polaca.
Las reparticiones de Polonia se convirtieron en un símbolo de la injerencia extranjera y la pérdida de soberanía, dejando una huella profunda en la identidad nacional polaca.
JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.
Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con 16 de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs, podcast y es miembro de Divulgadores de la Historia.
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Bibliografía:
- LA EDAD MODERNA (SIGLOS XV-XVIII) 2016Autor/es: Luis Ribot;
Editorial: : MARCIAL PONS HISTORIA
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