LA CONQUISTA NORMANDA DE INGLATERRA: STAMFORD BRIDGE Y HASTINGS.
ANTECEDENTES
Tras las invasiones vikingas del siglo IX, que habían asolado el norte de Europa, en 911 el rey Carlos III el Simple de Francia decide otorgar mediante el tratado de Saint Claire Sur Epte al vikingo Hrof, o rollón según algunos cronistas, el ducado de Normandía con el fin de hacer de escudo contra éstas, creando así un estado en el que se asentarían normandos procedentes de Escandinavia, mezclándose con la población local. En Inglaterra, durante el siglo IX los vikingos consiguieron conquistar casi toda la isla, salvándose solo el reino de Wessex con el rey Alfredo el Grande, formando así un estado denominado Danelaw, que el sucesor de Alfredo, Atelstan, consiguió recortar territorios en Anglia, Mercia y Northumbia. Los siguientes reyes continuaron la política de recuperación de tierras hasta que en 1013, Svend I de Dinamarca vuelve a invadir la isla, y a su muerte en 1014, su hijo Canuto, es coronado rey de Inglaterra como Canuto II el Grande, teniendo que volver en 1015, pues tras su regreso a Dinamarca, el inglés Etelredo II aprovechó para que la asamblea de nobles ingleses conocida como Witenagemont le nombraran rey, siendo derrotado en varias ocasiones hasta que en 1016, tras la victoria vikinga en la batalla de Assandum, se llega a un acuerdo en la que ambos se reparten la isla, pero la muerte de Edmundo II, hijo de Ethelredo, dejará vía libre a Canuto para hacerse con toda la isla y quedar como único rey legítimo.
Canuto conseguiría posteriormente los tronos de Dinamarca y Noruega en 1018 y 1026, reuniendo así los tres países en una corona, favoreciendo los intercambios sociales y comerciales. A la muerte de Canuto II, sucesor de Canuto el grande, el imperio se desmoronó en 1042, siendo nombrado en Inglaterra Eduardo el Confesor como rey tras su exilio en Normandía, al ser también hijo de Ethelredo y de Emma, hermana del duque normando Ricardo II, atrayendo la atención de la política normanda hacia la isla. En 1066 muere Eduardo sin descendientes y con una herencia confusa. En principio, fue nombrado el duque más poderoso del reino, Haroldo Godwinson, conde de Wessex, y cuyo padre se enferentó a Eduardo por la intromisión de los normandos en la política inglesa, siendo desterrado un tiempo a Flandes. Aunque el nombramiento fue decisión de la asamblea de nobles, la Witenagemont, y coronado por el arzobispo de York, dos poderosos gobernantes vecinos no reconocerían al nuevo rey e intentarían hacerse con el reino por la fuerza: El rey noruego Harald Hardrada, que se apoyaba en un pacto de Canuto II y Magnus el Bueno, rey de Noruega que lo sucedió como rey de Dinamarca y Guillermo, duque de Normandía, que afirmaba que Eduardo lo había nombrado heredero del trono.
Ya a principios de año, un hermano del rey Haroldo, Tostig, que había sido conde de Northumbia hasta que en 1063 fue derrocado por su impopularidad y posteriormente mandado al exilio en Flandes, bajo la protección de su suegro el conde Balduino V, donde reclutó hombres y barcos para formar una rebelión, desembarcó en la isla de Wight, donde reunió más dinero y provisiones. Su asalto a la isla se hizo en pequeñas incursiones costeras hasta Sandwich, hasta que su hermano Haroldo, envió tropas y le forzaron a desplazarse hacia el norte, donde asaltó Norkfold y Linconshire, hasta que tropas del condado de Mercia lo derrotan y, tras abandonar su ejército, huye a la corte del rey escocés Malcom III, desde donde contactaría con el rey Harald Hardrada para invadir Inglaterra.
A finales del verano de 1066 el rey Harold Godwinson envió sus huestes al sur, a la espera de un rápido traslado de tropas normandas a través del canal, pero Guillermo no cruzó el canal y en el norte del país desembarcó otro ejército al mando del rey Harald Hardrada, a quien se le unió Tostig. Aprovecharon que el ejercito ingles se encontraba en Londres, ya que había tenido que regresar a por provisiones tras esperar el ataque normando que no llegaba, para tomar york, quemar Scarborough el 15 de Septiembre y vencer a los condes de Mercia y Northumbia en la batalla de Fulford el 20 del mismo mes. Harold Godwinson no parecía estar muy preocupado, pues llegó a manifestar respecto a Harald, cuando Tostig fue a parlamentar con él e intentar llegar a un acuerdo: “Le daré seis pies de tierra inglesa, y ya que es tan alto uno más” (1) haciendo referencia a que solo le daría la porción de tierra donde sería enterrado. Con estas, reunió de nuevo su ejército y marchó las 200 millas que separan Londres de York en solo 5 días, lo que supone unos 80 kilómetros diarios.
COMIENZO DE LAS HOSTILIDADES.
BATALLA DE STAMFORD BRIDGE.
Ya a principios de año, un hermano del rey Haroldo, Tostig, que había sido conde de Northumbia hasta que en 1063 fue derrocado por su impopularidad y posteriormente mandado al exilio en Flandes, bajo la protección de su suegro el conde Balduino V, donde reclutó hombres y barcos para formar una rebelión, desembarcó en la isla de Wight, donde reunió más dinero y provisiones. Su asalto a la isla se hizo en pequeñas incursiones costeras hasta Sandwich, hasta que su hermano Haroldo, envió tropas y le forzaron a desplazarse hacia el norte, donde asaltó Norkfold y Linconshire, hasta que tropas del condado de Mercia lo derrotan y, tras abandonar su ejército, huye a la corte del rey escocés Malcom III, desde donde contactaría con el rey Harald Hardrada para invadir Inglaterra.
A finales del verano de 1066 el rey Harold Godwinson envió sus huestes al sur, a la espera de un rápido traslado de tropas normandas a través del canal, pero Guillermo no cruzó el canal y en el norte del país desembarcó otro ejército al mando del rey Harald Hardrada, a quien se le unió Tostig. Aprovecharon que el ejercito ingles se encontraba en Londres, ya que había tenido que regresar a por provisiones tras esperar el ataque normando que no llegaba, para tomar york, quemar Scarborough el 15 de Septiembre y vencer a los condes de Mercia y Northumbia en la batalla de Fulford el 20 del mismo mes. Harold Godwinson no parecía estar muy preocupado, pues llegó a manifestar respecto a Harald, cuando Tostig fue a parlamentar con él e intentar llegar a un acuerdo: “Le daré seis pies de tierra inglesa, y ya que es tan alto uno más” (1) haciendo referencia a que solo le daría la porción de tierra donde sería enterrado. Con estas, reunió de nuevo su ejército y marchó las 200 millas que separan Londres de York en solo 5 días, lo que supone unos 80 kilómetros diarios.
El 25 de Septiembre Hardrada, que estaba acampado a la orilla del rio Derwent, al este de York, en la localidad de Stamford Bridge y se vio sorprendido por el rápido avance inglés, que había pasado primero por york para restablecer su autoridad y reclutar algún hombre para la batalla, por lo que tuvo que enviar un pequeño contingente a frenar a los ingleses en el puente mientras su ejército formaba. Tostig había aconsejado al rey escandinavo no plantar batalla y retroceder hasta Ricall, donde tenía amarrada la flota y un tercio de su ejército protegiéndola, pero Hardrada desoyó y mando formar al ejercito y ordenar a su contingente de Ricall que acudiese al campo de batalla mientras su avanzadilla retenía a los anglosajones en el puente. En esta escaramuza del puente, cuenta la Crónica Anglosajona, que un enorme berserker noruego, ataviado sin armadura y solo con su hacha, se plantó en medio del puente y consiguió retener a las tropas inglesas durante dos horas, llevándose a 80 ingleses en la refriega hasta que un lancero se escurrió por debajo del puente y lo lanceó desde abajo, tras lo cual las tropas inglesas consiguieron pasar.
Esto permitió a Hardrada formar su ejército en falanges de escudos llamadas fylking, creando un muro que resistió los envites de los ingleses mientras esperaba refuerzos de tropas que había apostado en Ricall para guardar sus barcos. Tras una breve tregua, Godwinson volvió a la carga, pero esta vez, sus tropas de élite, los huscarles, no participaron en la carga, en la que solo usó sus milicias fyrd, que fueron vencidas rápidamente y huyeron. Hardrada pensó que había conseguido la victoria y ordenó la persecución de estos, rompiendo filas sus falanges. Pero Godwinson lo tenía todo previsto, ordenó dar media vuelta a sus milicias y mandó a los huscarles, que consiguieron rodear al ejército enemigo en desorden y tras un duro combate, Hardrada fue herido en la garganta por un flecha mientras y aunque sus tropas de reserva aparecían en el campo, murió a los pocos minutos y el ejército escandinavo, desmoralizado y exhausto de la lucha y la marcha forzada, fue finalmente derrotado y las pocos soldados que sobrevivieron, abandonaron la isla en sus naves.
Esto permitió a Hardrada formar su ejército en falanges de escudos llamadas fylking, creando un muro que resistió los envites de los ingleses mientras esperaba refuerzos de tropas que había apostado en Ricall para guardar sus barcos. Tras una breve tregua, Godwinson volvió a la carga, pero esta vez, sus tropas de élite, los huscarles, no participaron en la carga, en la que solo usó sus milicias fyrd, que fueron vencidas rápidamente y huyeron. Hardrada pensó que había conseguido la victoria y ordenó la persecución de estos, rompiendo filas sus falanges. Pero Godwinson lo tenía todo previsto, ordenó dar media vuelta a sus milicias y mandó a los huscarles, que consiguieron rodear al ejército enemigo en desorden y tras un duro combate, Hardrada fue herido en la garganta por un flecha mientras y aunque sus tropas de reserva aparecían en el campo, murió a los pocos minutos y el ejército escandinavo, desmoralizado y exhausto de la lucha y la marcha forzada, fue finalmente derrotado y las pocos soldados que sobrevivieron, abandonaron la isla en sus naves.
DESEMBARCO DE GUILLERMO EL CONQUISTADOR.
BATALLA DE HASTINGS.
El duque de Normandía, Guillermo, había estado preparando desde hace meses la invasión a la isla. Esta se demoró bastante ya que además de reunir una flota suficientemente grande para traspasar las tropas con rapidez y seguridad, algunos autores achacan a problemas diplomáticos la tardanza. Una de las teorías con más fuerza, es que Guillermo esperó la aprobación del Papado para iniciar la invasión, y hasta que no recibió el pendón papal que mostraba su apoyo, no inició las operaciones (2). Aunque en septiembre ya tenía la flota preparada, su viaje se retrasó aun más, ya sea por el mal tiempo o por no estar seguro de que la flota inglesa no los interceptara, tanta demora hizo que el ejercito inglés que aguardaba el desembarco al sur durante todo el verano fuese desmovilizado y la flota mandada a Londres. Sumándole a esto la invasión de Harald en el norte, que obligó al rey ingles a enviar un ejército a interceptarlo, dejó paso libre a Guillermo, que desembarco el 28 de septiembre en la localidad de Pevensey, aunque algunos barcos se desviaron hacia el este y desembarcaron en Romney, donde los soldados normandos tuvieron alguna escaramuza con las milicias locales o Fyrd. El grueso del ejército desembarcado que en Pevensey pronto construyó un fuerte de madera cerca de esta localidad y de Hastings, desde donde se enviaron varias expediciones de saqueo.
El ejército normando, compuesto por soldados normandos, bretones, de los condados de Flandes, Champaña o incluso del sur de Italia, debía de estar formado por unos 7.000-13.000 soldados, con unos 1.000 jinetes, unos 4.000 soldados de infantería pesada y unos 1.500 arqueros y ballesteros. Harold, tras conocer la noticia del desembarco, se apresuró a volver al sur con su ejército, haciendo una parada en Londres para aprovisionarse y reclutar más soldados, pues aunque consiguió la victoria ante los escandinavos, sufrió muchas bajas. Según historiadores modernos, su ejército estaría compuesto por unos 6.000 a 10.000 soldados, la mayoría de infantería fyrd y su núcleo de huscarles, por lo que las fuerzas no eran muy dispares. El 13 de octubre, después de 300 kilómetros recorridos, los ingleses acamparon a unos 13 kilómetros del castillo de madera del Guillermo en Hastings, en la colina de Caldvec Hill. Aunque es posible que se enviaran varios emisarios con ofertas de paz, Guillermo declinó todas pues tenía confianza en su victoria.
Guillermo se mantuvo a la espera, pero el día siguiente Harold movió ficha y avanzó rápidamente hacia el campamento enemigo, por lo que Guillermo ordenó también la movilización, abandonando su campamento fortificado para intentar tomar posiciones en la colina de Senlac, sin embargo, los ingleses se le habían adelantado y debería conformarse con ocupar la parte baja de la misma. Los ingleses formaron el tradicional muro de escudos, flanqueados por bosques, y los normandos, organizados por nacionalidades, formaron tres líneas, la primera de arqueros y ballesteros, seguida por la infantería, y la ultima la caballería. La batalla comenzó sobre las 9 de la mañana, los ingleses, sabedores de su superioridad posicional, aguardaban a que los normandos atacaran colina arriba. Éstos últimos comenzaron con ataques de sus arqueros, que no fueron muy efectivos pues los lanzamientos se realizaban desde bastante distancia y colina arriba, lo que complicaba bastante el ángulo de tiro, por lo que el duque ordena pasar a la acción a su infantería y caballería, que colina arriba, inician una carga tras otra contra el muro de escudos ingleses sin poder desbaratarlos, debido a que la caballería no resultó ser lo eficaz que se esperaba debido a la inclinación y al fango del terreno.
Guillermo se mantuvo a la espera, pero el día siguiente Harold movió ficha y avanzó rápidamente hacia el campamento enemigo, por lo que Guillermo ordenó también la movilización, abandonando su campamento fortificado para intentar tomar posiciones en la colina de Senlac, sin embargo, los ingleses se le habían adelantado y debería conformarse con ocupar la parte baja de la misma. Los ingleses formaron el tradicional muro de escudos, flanqueados por bosques, y los normandos, organizados por nacionalidades, formaron tres líneas, la primera de arqueros y ballesteros, seguida por la infantería, y la ultima la caballería. La batalla comenzó sobre las 9 de la mañana, los ingleses, sabedores de su superioridad posicional, aguardaban a que los normandos atacaran colina arriba. Éstos últimos comenzaron con ataques de sus arqueros, que no fueron muy efectivos pues los lanzamientos se realizaban desde bastante distancia y colina arriba, lo que complicaba bastante el ángulo de tiro, por lo que el duque ordena pasar a la acción a su infantería y caballería, que colina arriba, inician una carga tras otra contra el muro de escudos ingleses sin poder desbaratarlos, debido a que la caballería no resultó ser lo eficaz que se esperaba debido a la inclinación y al fango del terreno.
A medio día las fuerzas parecen igualadas, los normandos chocan una y otra vez contra los ingleses, que resisten en su posición sabedores de que con aguantar tienen amplias posibilidades de llevarse la victoria, sin embargo, la carencia de arqueros en su ejército comenzó a perjudicarles, pues entre carga y carga, los arqueros y ballesteros normandos pueden acercarse para saetear al enemigo, aunque esta carencia, también pudo influir negativamente en los normandos, pues una vez agotado el carcaj, no había posibilidad de reutilizar las flechas falladas del enemigo. Ya entrada la tarde, y con los ejércitos exhaustos, Harold caerá en la misma trampa que le dio la victoria semanas antes en Stamford Bridge. Guillermo ordena una retirada simulada con la esperanza de que los ingleses, que llevaban todo el día aguantando, pensaran que el ejército se había desmoralizado y abandonaba la batalla para romper filas y empezar la persecución. Su estrategia dio resultado, los ingleses, influidos tal vez por el rumor de la muerte de Guillermo, abandonan su posición sin saber si fue una reacción espontanea u ordenada por el rey o sus comandantes, pero lo cierto es que las tropas de Guillermo, con este a la cabeza, dieron media vuelta y cargaron contra ellos, mientras se ordenó a ballesteros y arqueros realizar disparos hacia arriba, para que la parábola de los proyectiles no dañe a sus tropas.
Aunque la efectividad de este tipo de disparos es dudosa, los normandos logran romper por fin el muro de escudos y hacer que los ingleses comenzases a replegarse. Sobre las 20 horas y entre tal confusión, un grupo de soldados normandos consigue deslizarse hasta la posición del rey Harold y acabar con su vida, momento en el que las tropas inglesas comienzan su huida, siendo perseguidos por los normandos. Esta táctica de huidas fingidas, era bastante usada por los normandos y las crónicas citan que durante la batalla se realizaron dos, si bien puede achacarse a las realizadas durante la mañana para intentar romper la formación inglesa, esta última fue la decisiva. Guillermo había obtenido la victoria, pero aun tenía que avanzar hasta Londres y tomarla. Se cree que en la batalla 1 de cada 7 soldados perecieron.
Tras la victoria, Guillermo se las deseaba muy felices ya que pensaba que los nobles se rendirían rápidamente a su autoridad, sin embargo, la Witenagemont proclamó a Edgar Atheling, siendo el ultimo heredero de Eduardo el confesor, con la aprobación de los condes de Mercia y Northumbia, así como la de los arzobispos de York y Canterbury. Es por esto que Guillermo debió avanzar hasta Londres para ponerle sitio, encontrando alguna resistencia en Southwark, en la costa de Kent, que fue rápidamente vencida. En Londres, sus primeros asaltos no consiguieron tomar el puente que daba acceso a la ciudad, por lo que tuvo que cambiar de estrategia, dando un rodeo con su ejército aguas arriba del Támesis para poder atacarla desde el nordeste, venciendo en varias escaramuzas a lo largo del camino. Finalmente no requirió tomar la capital, pues los nobles ingleses, ante la superioridad normanda, se rindieron en Berkhamsted cuando los normandos aun daban un rodeo a Londres. Guillermo fue coronado el 25 de Diciembre en la abadía de Westmister por el arzobispo de York como Guillermo I de Inglaterra. En el lugar de la batalla, se ordenó construir la abadia de Battle, además, el hermano de Guillermo, Odón de Bayeaux, mando elaborar el famoso tapiz de Bayeux, tela bordada de casi setenta metros en la que se narran los acontecimientos de la batalla.
A pesar de esto, Guillermo tuvo que hacer frente a varias rebeliones de la nobleza en años posteriores y a una invasión de los hijos de Haroldo, pudiendo ser sofocadas todas ellas, destacando la Masacre del Norte, en la que Guillermo quiso dar un golpe sobre la mesa y ordeno arrasar gran parte del norte de Inglaterra como represalia.
La nueva monarquía instauró un sistema plenamente feudal en la isla, poniendo al frente de los señoríos a hombres de confianza de sus huestes y familiares, promoviendo la inmigración desde Normandía y la construcción de nuevos castillos. Para ello, comenzó su estructuración prácticamente desde cero, desechando toda la administración anterior, haciendo que Inglaterra tuviera una mayor cohesión y una administración mucho más eficaz. De ello se da cuenta en el Domesday Book o Libro de cuentas, concluido en 1086, donde se inventariaban todos los bienes rurales para cuantificar los impuestos pertenecientes a la corona, siendo el primer censo realizado en la totalidad de un reino en la Edad Media. El clero tampoco se libró de las reformas, pues también se sustituyó la jerarquía nacional por otra normanda, que además contaba con el beneplácito de Roma ya que introducirían las nuevas reformas llevadas a cabo por el papa. En el plano económico, la isla se convirtió en un importante centro de comercio con conexiones con los pueblos normandos de Escandinavia y con el norte de Francia. En el plano geopolítico se dio una curiosa paradoja, ya que Guillermo seguía siendo duque de Normandía, posesión por la que debía vasallaje al rey de Francia y, a la vez, era rey de Inglaterra, poseyendo el mismo rango que su homólogo francés. Esto sería fuente de futuros conflictos.
Con todo esto, Inglaterra entro de lleno en el feudalismo europeo, ya que además de las instituciones, llegaron a la isla el idioma y costumbres francesas y corrientes religiosas de la mano de cluniacenses y cistercenses.
La muerte de Guillermo, y el mal reparto de títulos y tierras entre sus hijos, pronto desembocó en disputas entre estos y sembró el caos, no tardando la nobleza en aprovecharlo. Ante la debilidad de Enrique I, que había llegado al trono de forma inesperada, obligaron a este a firmar la Carta de Libertades que otorgaba a la nobleza privilegios y que un siglo después, sería el precursor para proclamar la Carta Magna. La muerte sin hijos de este monarca, condujo a una guerra civil entre Esteban de Blois, nieto del Conquistador y Matilde, hija de Enrique, que estaba casada con Godofredo Plantagenet, duque de Anjou. Se llegó al acuerdo de que Esteban reinaría hasta su muerte, para ser sucedido por Matilde. En 1154, el hijo de esta, Enrique II, tomaría posesión del reino de Inglaterra y de los ducados de Anjou, Normandía y Aquitania, formando así un vasto imperio y una nueva y poderosa dinastía que reinaría en diferentes países de Europa como Nápoles, Hungria o Polonia, los Anjou-Plantagenet.
Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con 16 de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs, podcast y es miembro de Divulgadores de la Historia.
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Bibliografía:
1: Otras inquisiciones, Jorge Luis Borges, 1952.
2: Crónica de Guillermo de Poitiers. Huscroft, Richard (2009). The Norman Conquest: A New Introduction. Nueva York: Longman. ISBN 1-4058-1155-2.
The enciclopedia of War from ancient Egipt to Iraq. Dorling Kindersley Ltd. 2009
The Battle of Stamford Bridge By Geoff Boxell
Snorri Sturlson, La Saga de Harald Hardrada.
Battlefields Trust. «Battle of Hastings: 14 October 1066». UK Battlefields Resource Centre.
La batalla de Hastings La lucha por el trono de Inglaterra. 50 minutos Historia. Carole Schreuder, 2017 Traducción: Laura Soler Pinson Editor digital: Titivillus
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Guillermo I el Conquistador. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España).
Cronica Anglosajona.
Historia Medieval. Ana Echevarría Arsuaga y Esteban Donado Vara. Ed. Universitaria Ramón Areces.
Atlas histórico de la Edad Media. Ana Echevarria Arsuaga y José Manuel Rodríguez García. Ed. Universitaria Ramón Areces.
Tras la victoria, Guillermo se las deseaba muy felices ya que pensaba que los nobles se rendirían rápidamente a su autoridad, sin embargo, la Witenagemont proclamó a Edgar Atheling, siendo el ultimo heredero de Eduardo el confesor, con la aprobación de los condes de Mercia y Northumbia, así como la de los arzobispos de York y Canterbury. Es por esto que Guillermo debió avanzar hasta Londres para ponerle sitio, encontrando alguna resistencia en Southwark, en la costa de Kent, que fue rápidamente vencida. En Londres, sus primeros asaltos no consiguieron tomar el puente que daba acceso a la ciudad, por lo que tuvo que cambiar de estrategia, dando un rodeo con su ejército aguas arriba del Támesis para poder atacarla desde el nordeste, venciendo en varias escaramuzas a lo largo del camino. Finalmente no requirió tomar la capital, pues los nobles ingleses, ante la superioridad normanda, se rindieron en Berkhamsted cuando los normandos aun daban un rodeo a Londres. Guillermo fue coronado el 25 de Diciembre en la abadía de Westmister por el arzobispo de York como Guillermo I de Inglaterra. En el lugar de la batalla, se ordenó construir la abadia de Battle, además, el hermano de Guillermo, Odón de Bayeaux, mando elaborar el famoso tapiz de Bayeux, tela bordada de casi setenta metros en la que se narran los acontecimientos de la batalla.
A pesar de esto, Guillermo tuvo que hacer frente a varias rebeliones de la nobleza en años posteriores y a una invasión de los hijos de Haroldo, pudiendo ser sofocadas todas ellas, destacando la Masacre del Norte, en la que Guillermo quiso dar un golpe sobre la mesa y ordeno arrasar gran parte del norte de Inglaterra como represalia.
CONSECUENCIAS.
La nueva monarquía instauró un sistema plenamente feudal en la isla, poniendo al frente de los señoríos a hombres de confianza de sus huestes y familiares, promoviendo la inmigración desde Normandía y la construcción de nuevos castillos. Para ello, comenzó su estructuración prácticamente desde cero, desechando toda la administración anterior, haciendo que Inglaterra tuviera una mayor cohesión y una administración mucho más eficaz. De ello se da cuenta en el Domesday Book o Libro de cuentas, concluido en 1086, donde se inventariaban todos los bienes rurales para cuantificar los impuestos pertenecientes a la corona, siendo el primer censo realizado en la totalidad de un reino en la Edad Media. El clero tampoco se libró de las reformas, pues también se sustituyó la jerarquía nacional por otra normanda, que además contaba con el beneplácito de Roma ya que introducirían las nuevas reformas llevadas a cabo por el papa. En el plano económico, la isla se convirtió en un importante centro de comercio con conexiones con los pueblos normandos de Escandinavia y con el norte de Francia. En el plano geopolítico se dio una curiosa paradoja, ya que Guillermo seguía siendo duque de Normandía, posesión por la que debía vasallaje al rey de Francia y, a la vez, era rey de Inglaterra, poseyendo el mismo rango que su homólogo francés. Esto sería fuente de futuros conflictos.
Con todo esto, Inglaterra entro de lleno en el feudalismo europeo, ya que además de las instituciones, llegaron a la isla el idioma y costumbres francesas y corrientes religiosas de la mano de cluniacenses y cistercenses.
La muerte de Guillermo, y el mal reparto de títulos y tierras entre sus hijos, pronto desembocó en disputas entre estos y sembró el caos, no tardando la nobleza en aprovecharlo. Ante la debilidad de Enrique I, que había llegado al trono de forma inesperada, obligaron a este a firmar la Carta de Libertades que otorgaba a la nobleza privilegios y que un siglo después, sería el precursor para proclamar la Carta Magna. La muerte sin hijos de este monarca, condujo a una guerra civil entre Esteban de Blois, nieto del Conquistador y Matilde, hija de Enrique, que estaba casada con Godofredo Plantagenet, duque de Anjou. Se llegó al acuerdo de que Esteban reinaría hasta su muerte, para ser sucedido por Matilde. En 1154, el hijo de esta, Enrique II, tomaría posesión del reino de Inglaterra y de los ducados de Anjou, Normandía y Aquitania, formando así un vasto imperio y una nueva y poderosa dinastía que reinaría en diferentes países de Europa como Nápoles, Hungria o Polonia, los Anjou-Plantagenet.
JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.
Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con 16 de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs, podcast y es miembro de Divulgadores de la Historia.
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Bibliografía:
1: Otras inquisiciones, Jorge Luis Borges, 1952.
2: Crónica de Guillermo de Poitiers. Huscroft, Richard (2009). The Norman Conquest: A New Introduction. Nueva York: Longman. ISBN 1-4058-1155-2.
The enciclopedia of War from ancient Egipt to Iraq. Dorling Kindersley Ltd. 2009
The Battle of Stamford Bridge By Geoff Boxell
Snorri Sturlson, La Saga de Harald Hardrada.
Battlefields Trust. «Battle of Hastings: 14 October 1066». UK Battlefields Resource Centre.
La batalla de Hastings La lucha por el trono de Inglaterra. 50 minutos Historia. Carole Schreuder, 2017 Traducción: Laura Soler Pinson Editor digital: Titivillus
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Guillermo I el Conquistador. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España).
Cronica Anglosajona.
Historia Medieval. Ana Echevarría Arsuaga y Esteban Donado Vara. Ed. Universitaria Ramón Areces.
Atlas histórico de la Edad Media. Ana Echevarria Arsuaga y José Manuel Rodríguez García. Ed. Universitaria Ramón Areces.
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