EL ASEDIO MÁS LARGO DE LA HISTORIA.



El Sitio de Ceuta, que se prolongó durante 33 años entre 1694 y 1727, es el asedio más largos de la historia. Este conflicto es especialmente interesante no solo por su duración, sino también por el contexto histórico en el que se desarrolló y los aspectos geopolíticos y militares que lo rodearon. Este asedio es también un reflejo de las tensiones de poder entre el Imperio español y los gobernantes del norte de África en un período en el que el control del Mediterráneo y sus territorios cercanos estaba en constante disputa. A continuación, exploraremos en detalle los antecedentes, el desarrollo y las implicaciones de este prolongado sitio.








Ceuta, ubicada estratégicamente en el estrecho de Gibraltar, ha sido desde tiempos antiguos un enclave de gran valor estratégico. En el siglo XV, Ceuta fue tomada por el Reino de Portugal en 1415, en una expedición dirigida por el infante Enrique el Navegante, que buscaba expandir el cristianismo y obtener una base para futuras exploraciones en África y Asia. Sin embargo, en 1580, tras la muerte del rey Sebastián I de Portugal y la crisis de sucesión, el trono portugués pasó a manos de Felipe II de España, uniendo así los reinos de Portugal y España bajo la misma corona y llevando a Ceuta al control de la monarquía hispánica.

Cuando en 1640, Portugal logró su independencia de la corona española, Ceuta optó por mantenerse bajo la soberanía de España, lo que generó tensiones con las fuerzas musulmanas de la región, particularmente con el Sultanato de Marruecos, que veía en la ciudad una pieza clave para consolidar su influencia en el norte de África. Esta situación de antagonismo se mantuvo durante décadas, hasta que, en 1694, las tensiones derivaron en un asedio formal a la ciudad.


El Sitio de Ceuta (1694 - 1727)


El sitio comenzó en 1694, cuando el sultán Muley Ismaíl de Marruecos decidió consolidar el poder marroquí en la región y expulsar definitivamente a las fuerzas europeas de Ceuta. Muley Ismaíl fue uno de los gobernantes más ambiciosos y militarmente capaces de Marruecos, y durante su reinado implementó varias reformas que fortalecieron el ejército marroquí. Su objetivo en Ceuta era claro: recuperar la ciudad y poner fin a la presencia española en una zona que consideraba parte de su dominio natural.




Fase inicial del sitio (1694 - 1704)




En los primeros años del asedio, el ejército de Muley Ismaíl lanzó constantes ataques a la ciudad. Ceuta, defendida por una guarnición de soldados españoles y civiles armados, resistió heroicamente en medio de constantes embates. Las fuerzas marroquíes adoptaron una estrategia de asedio prolongado, tratando de debilitar a la población de Ceuta mediante el corte de suministros y ataques intermitentes.

La estrategia marroquí no se basaba en un ataque directo y decisivo, sino en una presión continua que obligara a los defensores a rendirse eventualmente. Sin embargo, el acceso de España al mar permitía que la ciudad recibiera suministros y refuerzos por vía marítima, lo que dificultaba el objetivo marroquí. A pesar de las continuas tensiones y de las incursiones marroquíes, Ceuta logró mantenerse relativamente abastecida gracias a la ayuda de la Armada española.




Interludio y fortalecimiento de las defensas (1704 - 1720)










En 1704, durante la Guerra de Sucesión Española, la situación se complicó para Ceuta debido a que España estaba enfrascada en un conflicto interno y no podía concentrar toda su atención en la ciudad sitiada. A raíz de la guerra, el sitio de Ceuta adquirió una nueva dimensión, ya que tanto los marroquíes como las potencias europeas veían en este enclave un punto de control sobre el estrecho de Gibraltar. 
En 1704 tropas anglo-neerlandesas conquistaron Gibraltar. Esto supuso un duro golpe para la ciudad ya que Gibraltar era la principal vía de abastecimiento de Ceuta con la península.​ La comunicación con Tarifa resultaba dificultosa por los vientos en el estrecho de Gibraltar y el resto de ciudades peninsulares cercanas estaban enfrascadas en la guerra de sucesión.

A lo largo de estos años, Ceuta reforzó sus defensas internas, y la ciudad se adaptó a las condiciones de asedio constante. Se construyeron nuevas fortificaciones y se implementaron medidas de racionamiento para evitar que la escasez de alimentos debilitara a los defensores. Además, las autoridades locales desarrollaron métodos para reparar las murallas y las infraestructuras dañadas rápidamente, lo que permitió que la ciudad mantuviera una resistencia efectiva a pesar de la presión constante.




Etapa final del asedio y levantamiento (1720 - 1727)




En 1720, la situación en Marruecos comenzó a cambiar con la llegada de 16 000 soldados al mando del marqués de Lede. Las tropas del marqués regresaban de la guerra de la Cuádruple Alianza, que no había dado los frutos esperados. Al perder todos los territorios italianos, Ceuta se convirtió en un sitio estratégico del cordón defensivo del Mediterráneo. El marqués inició una expedición victoriosa contra los sitiadores, que se retiraron hacia Tetuán. Sin embargo, unos meses más tarde se declara una epidemia de peste en Ceuta y el marqués decidirá marcharse de la ciudad ante la nula perspectiva de poder tomar Tetuán o Tánger. Los marroquíes retornan inmediatamente el sitio.
El sultán Muley Ismaíl murió en 1727, y su sucesión fue caótica, con numerosos conflictos internos que debilitaron el poder central marroquí. Esto redujo la presión sobre Ceuta, ya que los recursos marroquíes se enfocaron en mantener la estabilidad interna en lugar de continuar el asedio.

Finalmente, en 1727, tras la muerte de Muley Ismaíl, el asedio fue oficialmente levantado debido a la guerra de sucesión que se desató. Ceuta había resistido 33 años de asedio, logrando mantenerse bajo el control de la corona española. Aunque el sitio no concluyó con una victoria militar española decisiva, el fin del asedio fue percibido como un triunfo para España, ya que la ciudad había demostrado una tenacidad y resistencia inusuales ante un enemigo persistente.

El Sitio de Ceuta fue un evento de gran importancia, no solo por su duración, sino también por las implicaciones geopolíticas y simbólicas. Las consecuencias de este conflicto fueron significativas tanto para España como para Marruecos:

1. Resistencia española en África: La exitosa defensa de Ceuta fortaleció la presencia de España en el norte de África y demostró la capacidad de la monarquía hispánica para mantener sus territorios frente a una amenaza sostenida. Además, la resistencia de Ceuta contribuyó a la percepción de que la ciudad era un símbolo de la tenacidad española en sus territorios africanos.

2. Debilitamiento marroquí: Para Marruecos, el fracaso en capturar Ceuta y la prolongación del asedio durante 33 años supusieron un gasto considerable de recursos y afectaron el equilibrio interno del país. La muerte de Muley Ismaíl y la inestabilidad posterior impidieron a Marruecos completar sus ambiciones territoriales en la región.

3. Cambios militares: El sitio de Ceuta también tuvo implicaciones en el desarrollo de técnicas y tácticas de asedio. La experiencia adquirida en la defensa de Ceuta permitió a España mejorar sus estrategias de fortificación y defensa de sus plazas africanas. Igualmente, Ceuta se convirtió en un modelo de ciudad fortificada capaz de soportar largos asedios, y su ejemplo influyó en las prácticas de defensa urbana de la época.

4. Impacto en la Guerra de Sucesión Española: Durante la Guerra de Sucesión Española, la situación en Ceuta se convirtió en un tema de interés para las potencias europeas, que veían el estrecho de Gibraltar como un punto estratégico. Aunque Ceuta continuó bajo asedio durante gran parte del conflicto, la guerra afectó el interés y la capacidad de otras potencias para involucrarse directamente en su defensa o captura.

El Sitio de Ceuta, que se prolongó durante 33 años, es un evento excepcional en la historia militar debido a su duración y a la perseverancia demostrada por sus defensores. Más allá de las implicaciones militares, este largo asedio representa un capítulo crucial en las relaciones hispano-marroquíes y en la consolidación de Ceuta como un enclave de importancia estratégica. Aunque finalmente el sitio concluyó más por factores internos de Marruecos que por una victoria militar española directa, la resistencia de Ceuta fue vista como un triunfo moral y estratégico para España. El asedio de Ceuta es, por tanto, una muestra de la complejidad y persistencia de las tensiones en torno al control territorial en el Mediterráneo y una demostración de la capacidad de las ciudades fortificadas para resistir incluso las circunstancias más adversas.



JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.


Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con más de 16 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.



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Bibliografía:





- https://www.espanafascinante.com/articulo/historia/sitio-ceuta-mas-largo-historia/20201013080005274083.html

- HISTOCAST 146.


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