EL GENOCIDIO ARMENIO.



El genocidio armenio, una de las tragedias más devastadoras del siglo XX, constituye uno de los episodios más oscuros de la Primera Guerra Mundial y de la historia moderna. Entre 1915 y 1923, el Imperio Otomano, bajo el gobierno de los Jóvenes Turcos, llevó a cabo un exterminio sistemático de la población armenia, una minoría cristiana que vivía en el este de lo que hoy es Turquía. Aunque el número exacto de víctimas es objeto de debate, se estima que alrededor de 1.5 millones de armenios fueron asesinados. Este genocidio ha dejado una huella imborrable en la memoria colectiva del pueblo armenio y sigue siendo un tema controvertido en la política y la diplomacia internacionales.





El genocidio se gestó en un ambiente de declive del Imperio otomano, que desde finales del siglo XIX enfrentaba una crisis política, social y militar. El imperio, que en sus mejores momentos había sido una vasta entidad multiétnica y multirreligiosa, se encontraba en descomposición. Las crecientes tensiones internas, exacerbadas por la pérdida de territorios en los Balcanes y el Cáucaso, junto con la presión de las potencias europeas, llevaron a un sentimiento de nacionalismo exacerbado entre los turcos.

Los armenios, que durante siglos habían sido ciudadanos leales del imperio y contaban con comunidades prósperas en ciudades como Constantinopla (actual Estambul), Izmir y Erzurum, comenzaron a ser vistos como una amenaza. Muchos armenios exigían reformas democráticas y una mayor autonomía, lo que generó recelos entre los dirigentes otomanos. Este descontento culminó en una serie de masacres de armenios a fines del siglo XIX, conocidas como las masacres hamidianas, pero fue la Primera Guerra Mundial la que proporcionó el pretexto para un genocidio a gran escala.

En 1914, cuando el Imperio otomano se unió a la Primera Guerra Mundial del lado de las potencias centrales, las autoridades otomanas temían que los armenios pudieran aliarse con Rusia, su enemigo en el frente oriental. Esta paranoia se intensificó tras la derrota otomana en la Batalla de Sarıkamış a manos de los rusos, donde se culpó injustamente a las tropas armenias de haber saboteado el esfuerzo bélico.
El 24 de abril de 1915, las autoridades otomanas arrestaron y ejecutaron a cientos de intelectuales y líderes armenios en Constantinopla, un evento que marcó el inicio formal del genocidio. Lo que siguió fue una serie de deportaciones masivas, marchas de la muerte y masacres organizadas. Los hombres fueron ejecutados, mientras que mujeres, niños y ancianos fueron forzados a caminar cientos de kilómetros hacia el desierto sirio sin comida ni agua, donde muchos perecieron debido a la violencia, el hambre y las enfermedades. Los sobrevivientes fueron internados en campos de concentración en condiciones deplorables.
El objetivo del régimen otomano era claro: eliminar a los armenios de Anatolia. Muchos historiadores coinciden en que las atrocidades cometidas durante este período cumplen con los criterios legales de genocidio establecidos en la Convención de la ONU de 1948. Los documentos y testimonios históricos muestran que las matanzas no fueron actos espontáneos de violencia, sino que estuvieron planificadas y organizadas por el gobierno central, con la ayuda de las fuerzas militares y paramilitares.







A pesar de las pruebas abrumadoras, el genocidio armenio sigue siendo un tema controvertido, particularmente en Turquía, sucesora del Imperio otomano, que niega que los eventos de 1915 constituyan un genocidio. Según la versión oficial turca, las muertes de armenios fueron el resultado de un conflicto civil y de la guerra, no de un intento sistemático de exterminar a un pueblo. Esto ha sido un obstáculo para el reconocimiento oficial del genocidio por parte de algunos países, aunque más de 30 naciones, incluyendo Francia, Alemania, Rusia, y, recientemente, Estados Unidos, han reconocido formalmente el genocidio armenio.
El impacto de este evento ha sido profundo para la diáspora armenia, que se diseminó por todo el mundo, principalmente en lugares como Francia, Estados Unidos y el Líbano. La memoria del genocidio es un pilar central de la identidad armenia moderna, y las conmemoraciones anuales, especialmente cada 24 de abril, son un recordatorio constante de la lucha por el reconocimiento y la justicia.
El genocidio armenio no solo dejó profundas cicatrices en el pueblo armenio, sino que también sentó un precedente inquietante para futuros crímenes de lesa humanidad. Adolf Hitler, al justificar la invasión de Polonia en 1939 y el exterminio de los judíos, supuestamente dijo: “¿Quién, después de todo, habla hoy del exterminio de los armenios?”. Esta cita, aunque controvertida, destaca la importancia de recordar y condenar los genocidios para evitar que se repitan.
En términos legales y diplomáticos, el genocidio armenio ha sido crucial para el desarrollo del derecho internacional de los derechos humanos y del concepto de genocidio. El abogado polaco Raphael Lemkin, quien acuñó el término "genocidio" en 1944, se inspiró en parte en los crímenes cometidos contra los armenios para formular su definición.

Tras esto, muchos armenios se dispersaron por el mundo, pero otros, consiguieron fundar en 1918 la republica de Armenia aprovechando que en el Cáucaso las tropas otomanas se ha una retirado y el Imperio ruso también ha ia caído. A partir de 1920 fue absorbida por la URRS, formando una de sus repúblicas y finalmente, con la disolución de esta, adquirió de nuevo la independencia en 1991.




JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.


Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con más de 16 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.



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Bibliografía:



- Taner akcam. The Young Turks' Crime Against Humanity: The Armenian Genocide and Ethnic Cleansing in the Ottoman Empire



- The History of the Armenian Genocide
Ethnic Conflict from the Balkans to Anatolia to the Caucasus
Vahakn N. Dadrian

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