EL DESCUBRIMIENTO DE LA ANTÁRTIDA.












El descubrimiento de la Antártida es uno de los eventos más notables en la historia de la exploración geográfica, pues marcó la última frontera inexplorada en el planeta. Si bien los antiguos griegos especulaban sobre la existencia de una "terra australis incognita" o "tierra desconocida del sur", la Antártida permaneció más allá del alcance humano hasta los siglos XVIII y XIX.

Desde la antigüedad, filósofos como Aristóteles postularon la existencia de una vasta tierra en el hemisferio sur, necesaria, según ellos, para equilibrar las masas terrestres conocidas en el norte. Este concepto fue retomado por cartógrafos y exploradores europeos en siglos posteriores, quienes, sin evidencia alguna, dibujaban en sus mapas este continente hipotético.

Durante la era de los grandes descubrimientos en los siglos XV y XVI, navegantes como Fernando de Magallanes y Sir Francis Drake exploraron los mares del sur, pero no lograron divisar la Antártida. No obstante, su trabajo ayudó a delimitar las rutas marítimas hacia esta parte del mundo, lo que más tarde contribuiría a su descubrimiento.

En 1773, el capitán británico James Cook fue el primero en cruzar el Círculo Polar Antártico en su segundo viaje al mando de la HMS Resolution. A pesar de no haber llegado a avistar el continente, Cook se acercó lo suficiente a los témpanos de hielo y sus informes fueron fundamentales para desmentir la existencia de una gran masa terrestre habitable en el sur. Sin embargo, Cook también afirmó que podría existir tierra más allá de los hielos que bloqueaban su paso, alentando a futuras expediciones.

El reconocimiento oficial de la Antártida como continente ocurrió a principios del siglo XIX. El 27 de enero de 1820, el explorador ruso Fabian Gottlieb von Bellingshausen y su tripulación a bordo del barco Vostok avistaron por primera vez lo que hoy se reconoce como la costa de la Antártida, aunque entonces no se supo con certeza que se trataba del continente. Ese mismo año, expediciones británicas y estadounidenses también se acercaron a la región antártica, lo que marcó el inicio de una competencia internacional por su exploración.






En particular, el cazador de focas estadounidense Nathaniel Palmer, durante una expedición en noviembre de 1820, reclamó haber avistado la península Antártica. A pesar de estos avistamientos, las expediciones no desembarcaron en tierra firme debido a las duras condiciones climáticas.

El primer desembarco documentado en la Antártida fue realizado por el explorador estadounidense John Davis, un cazador de focas, el 7 de febrero de 1821. Sin embargo, este hecho fue disputado durante muchos años y no siempre se consideró parte de los registros oficiales hasta tiempos recientes.

A lo largo del siglo XIX, varias expediciones intentaron penetrar más profundamente en la Antártida. Destacan la expedición francesa liderada por Jules Dumont d'Urville en 1840, quien reclamó una parte del continente para Francia, y la expedición estadounidense de Charles Wilkes, quien demostró que la Antártida era efectivamente un continente y no solo un conjunto de islas.

Sin embargo, fue la expedición dirigida por el noruego Roald Amundsen en 1911 la que culminó con el hito más notable en la exploración antártica: la llegada al Polo Sur el 14 de diciembre de ese año. Amundsen y su equipo, utilizando trineos tirados por perros, superaron a la expedición británica de Robert Falcon Scott, quien también aspiraba a ser el primero en llegar al Polo Sur.

El descubrimiento y exploración de la Antártida es un capítulo fascinante de la historia humana, lleno de adversidades y rivalidades. Desde los primeros avistamientos hasta la llegada al Polo Sur, los viajes a este continente inhóspito revelaron no solo las habilidades de navegación de las naciones involucradas, sino también el afán de la humanidad por alcanzar lo desconocido. Hoy en día, la Antártida es el foco de investigaciones científicas internacionales, pero su historia como la última tierra descubierta sigue cautivando a generaciones.


JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.


Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con más de 16 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.



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Bibliografía:


- A History of Antarctic Science. G.E. Fogg 1992. Cambridge: Cambridge University Press, xxi + 483 p, illustrated, hard cover. ISBN 0-521-36113-3


- Wikipedia

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