EL ARCO LARGO INGLÉS.
El arco largo inglés se desarrolló probablemente a partir de los arcos utilizados por las culturas del norte de Europa, incluidos los vikingos y los galeses. El uso del arco largo se documenta en Inglaterra desde al menos el siglo XIII, aunque se considera que su uso se perfeccionó y se popularizó durante los siglos XIV y XV.
El arco largo se convirtió en una herramienta decisiva en varias batallas importantes de la Guerra de los Cien Años, incluyendo las batallas de Crécy (1346), Poitiers (1356) y Agincourt (1415). En estas batallas, los arqueros ingleses armados con arcos largos, desempeñaron un papel crucial en la derrota de fuerzas francesas superiores en número y superioridad al contar con numerosa caballeros pesada. La capacidad del arco largo para disparar flechas a largas distancias con gran fuerza penetrante revolucionó la guerra medieval, desafiando la supremacía de la caballería pesada y las armaduras.
Este arma no solo afectó las tácticas militares, sino también la estructura social y política. En Inglaterra, la práctica del tiro con arco se fomentó ampliamente e incluso se establecieron leyes que obligaban a los hombres a practicar con el arco largo. Esta política de entrenamiento masivo contribuyó a la creación de una fuerza de arqueros bien entrenados y preparados para la guerra, lo que tuvo implicaciones para la organización militar y la identidad nacional inglesa.
Los estudios arqueológicos y experimentales han revelado mucho sobre la construcción y el funcionamiento del arco largo inglés. Hechos principalmente de tejo (Taxus baccata), estos arcos tenían una longitud promedio de aproximadamente 1.8 metros. La elección del tejo se debe a sus propiedades mecánicas, que permiten una combinación ideal de resistencia y flexibilidad.
Investigaciones balísticas han demostrado que las flechas disparadas desde un arco largo podían alcanzar velocidades de hasta 160 km/h y penetrar armaduras a distancias significativas. Los estudios experimentales con réplicas han mostrado que la fuerza requerida para tensar un arco largo típico podía superar los 45 kg, lo que subraya la necesidad de fuerza y habilidad por parte de los arqueros.
El análisis de restos esqueléticos de arqueros medievales ha revelado cambios óseos específicos asociados con el uso intensivo del arco largo, como desarrollos asimétricos en los brazos y hombros. Estos hallazgos proporcionan una visión única sobre las demandas físicas y la vida cotidiana de los arqueros medievales.
El arco largo inglés es un ejemplo fascinante de cómo una tecnología militar puede influir en la historia. Su desarrollo y uso no solo afectaron las tácticas de combate medievales, sino que también dejaron una marca indeleble en la sociedad y cultura de la época. Los estudios historiográficos y científicos continúan revelando la complejidad y el impacto de esta arma formidable, subrayando su importancia en la historia militar europea.
JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.
Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con más de15 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.
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