LA INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS.






 En el siglo XVIII, el este de los EEUU estaba conformado por 13 colonias inglesas. A finales de siglo, estás colonias comenzaron a recibir una fuerte inmigración procedente de Europa, llegando a atravesar la barrera de los Apalaches. Los colonos, se dedicaban al comercio, la pesca o la agricultura. En las colonias del sur, grandes propietarios cultivaban algodón o tabaco en sus haciendas.

Cada una de estas colonias, funcionaba de forma autónoma con su gobernador y asamblea propias. Su vida política era muy activa y con frecuencia chocaba con las políticas impuestas desde la metrópoli, sobre todo en el ámbito comercial, donde se les imponían restricciones y obligaciones fiscales abusivas, por lo que en algunas ocasiones se intentó reformar la administración colonial desde Londres.
En 1776, un impuesto especial sobre el te, plomo y vidrio, acabó con una revuelta en Boston, consiguiendo que se derogarán, aunque 3 años después, se otorgó a la Compañía de las Indias el monopolio sobre el té, lo que volvió a desatar la ira de los colonos, que asaltaron barcos de la Compañía.

El gobierno de Londres reaccionó probando leyes coercitivas, el cierre del puerto de Boston, la abolición de la asamblea de Masachusses y el envío de tropas para detener a los culpables.

Al año siguiente, se prohibió a los colonos establecerse en el interior de Quebec. Estás medidas hacían mella en la conciencia de los colonos que se consideraban ciudadanos de segunda, teniendo que sufragar mediante impuestos todos los gastos sin obtener plenos derechos a cambio.

Por entonces, diferentes personalidades como Jefferson, Adams o Washington, formaban comités de correspondencia donde se hablaba sobre los abusos y posibles soluciones, afirmando que las cámaras legislativas de las colonias debían ser independientes.

En 1774 se celebró el primer congreso continental en Filadelfia, donde se proclamó la Declaración de los Derechos de las Colonias y un boicot a productos ingleses hasta que se reconociese su autonomía.


La guerra estaba en camino.










La guerra comenzó con una represión de los soldados ingleses hacia los colonos rebeldes, pero pronto se convirtió en un conflicto en toda regla.

El primer choque tuvo lugar el 18 de Abril de 1775 en Lexington y Concord, cuando colonos americanos se enfrentaron a soldados británicos cuando estos intentaban incautarles sus armas. Sorprendentemente, los colonos hicieron huir a los ingleses hacia Boston, acusándoles durante todo el camino.

Puesto que las colonias no tenían ejército regular ni marina, cada una aportó una milicia local, carente de entrenamiento, uniforme o medios adecuados, siendo su numero elevado la única ventaja frente a sus oponentes.

En junio, los británicos consiguieron su primera victoria en Bunker Hill, pero a costa de graves pérdidas. Para entonces, las noticias de los primeros enfrentamientos ya habían corrido por las demás colonias, por lo que en Filadelfia, el Congreso Continental asumió las funciones de gobierno de todas las colonias y se decidió la creacion de un ejército regular al mando de George Washington. Se autorizó la invasión de territorios canadienses, se emitió papel moneda y se comenzaron negociaciones diplomáticas con otros países. El 4 de julio de 1776 el congreso votaría a favor de la independencia de los Estados Unidos.

Antes de esto, en el verano de 1775, las noticias de la revuelta llegan a Inglaterra, donde el rey Jorge III declaró en rebeldía las colonias y se dispuso para el envío de más tropas, aunque creyeron que con una demostración de fuerza sería suficiente debido a que la mayor parte de colonos no se posicionaría a favor de los rebeldes. Sin embargo, solo un 15/20% se mantuvieron leales a la corona y en cuanto a los indios, se mantuvieron divididos en el apoyo a los bandos.

La guerra se desarrolló como una guerra de guerrillas, donde las milicias coloniales (a pesar de votar para crear un ejército regular, este prácticamente no se creó) hacían valer su superioridad numérica y el conocimiento del terreno para hostigar a los británicos.

En el verano de 1776, William Howe llega a Nueva York con 30.000 soldados para aislar y tomar Nueva Inglaterra. Tras derrotar a los colonos en Agosto, tomó Nueva York y Nueva Jersey para desplegar desde allí al grueso del ejercito por las ciudades colindantes, consiguiendo que algunos colonos se unieran y otros aceptaran deponer las armas a cambio del indulto.

Está política podría haber hecho fracasar a los rebeldes si no llega a ser por los saqueos y abusos cometidos por las tropas británicas y las victorias de Washington a finales de año en Trenton y en enero de 1777 en Princeton.
Los británicos, que se habían expandido hasta el río Delaware, tuvieron que replegarse y ceder terreno. Aún así, idearon un plan para tomar Nueva Inglaterra. Desde Canadá, 8.000 soldados penetrarían hacia el sur mientras el se dirigiría hacia el norte con sus tropas.

Howe, decidió retrasar su avance para intentar tomar Filadelfia, donde Washington le planteo batalla en varias ocasiones y aunque fue vencido, se demostró que los colonos estaban en disposición de vencer a las tropas regulares británicas al infringirles serias bajas. La columna que avanzaba desde Canadá, se vio fuertemente hostigada por los colonos, pasando grandes dificultades hasta que al llegar a Saratoga, un ejército de 10.000 americanos les vencieron, teniendo que rendirse.




Tras la decisiva victoria en Saratoga, los americanos rechazaron una oferta de paz británica para firmar tratados de alianza con Francia y España, países que ya habían estado ayudando a los colonos desde el inicio del conflicto. En 1780, Rusia se declaró neutral, por lo que por primera vez Inglaterra se quedó sola en Europa.
Con el fracaso de tomar Nueva Inglaterra, la estrategia inglesa se dirigió hacia el sur, donde aprovechando el monopolio marítimo, se bombardeaban puertos de los colonos y se realizaban incursiones. Mientras, en el norte se replegaron en Nueva York y Rhode Island, a la vez que abandonaron Filadelfia. Creían que en el sur tenían más apoyo, por lo que tomarlo se volvió una prioridad. Entre 1778/79 obtuvieron varias victorias y consiguieron hacerse con Georgia y Carolina del Sur.
Cuando las cosas parecían volver a beneficiar a los ingleses, de nuevo los saqueos y abusos cometidos por estos hicieron difícil el mantenimiento de los territorios conquistados. Una expedición hacia Carolina del Norte fracasó, mientras que en el sur, los americanos se recomponían y creaban un nuevo ejército.
En 1781, abandonaron el sur para invadir Virginia a través de Carolina del Norte, lo que permitió recuperar esos terrenos a los colonos.

Los ingleses tomaron Yorktown como cuartel general y los americanos se decidieron a acabar con ellos. Un potente ejército de colonos y franceses al mando de Washington y del conde Rochambeau atacaron Yorktown mientras la flota francesa bloqueaba los suministros y refuerzos. Los ingleses tuvieron que rendir a sus 8.000 soldados, lo que significó un golpe definitivo para la guerra, que se prolongaría unos meses más con combates menores y que ya nada podrían cambiar la victoria de los americanos.

Tras unas duras negociaciones de paz, pues a Francia y España no veían con buenos ojos la creación de un nuevo estado potente cerca de sus colonias con nuevas ideas republicanas e Inglaterra se resistía a las ambiciones americanas, se firmó en 1783 la Paz de Versalles, en la que se reconocía la independencia de los Estados Unidos.






JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.


Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con más de quince años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.






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Bibliografía:



- LARIO, A. (coord.). Historia Contemporánea Universal. Del surgimiento del Estado Contemporáneo a la Primera Guerra Mundial, Madrid, Alianza editorial. consultar siempre últimas ediciones

 





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