LA RELIGIÓN EN MESOPOTAMIA DURANTE LA ANTIGÜEDAD.
La religión sumeria se desarrolló en la región de Mesopotamia hace más de 5000 años. Los sumerios creían en una pluralidad de dioses que representaban aspectos naturales y sociales. Consideraban que los dioses controlaban elementos como el sol, la lluvia, la fertilidad y la guerra. La sociedad sumeria estaba profundamente entrelazada con lo religioso: los templos eran centros de adoración y administración, y los sacerdotes tenían un papel fundamental como intermediarios entre los dioses y los mortales.
Esta tradición religiosa influyó en civilizaciones posteriores en Oriente Próximo. Por ejemplo, los babilonios adoptaron y adaptaron muchas de las deidades sumerias, como Marduk, quien se convirtió en el principal dios babilónico. La mitología y la estructura religiosa sumeria sirvieron de base para las creencias y prácticas de otras culturas de la región, como la asiria y la acadio-babilónica.
Los textos religiosos sumerios, escritos en escritura cuneiforme, influyeron en la literatura religiosa de civilizaciones posteriores y ayudaron a preservar estas creencias a lo largo de los siglos. La religión sumeria, por tanto, dejó un legado perdurable en la región de Oriente Próximo, moldeando las creencias y prácticas religiosas durante milenios.
Algunas de las deidades mas importantes de las diferentes culturas e imperios que existieron durante la antigüedad en Oriente próximo y medio son las siguientes:
MARDUK
La historia de Marduk se remonta a la antigua Mesopotamia. Originalmente, era un dios menor asociado con la ciudad de Babilonia, pero con el tiempo su culto se expandió y llegó a ser considerado el dios supremo de la mitología babilónica cuando esta ciudad se convirtió en el centro político de los estados unificados del valle de Eúfrates en los tiempos de Hammurabi (s. XVII a.C.) y se levantó como cabeza del panteón de dioses babilónicos.
Según la leyenda, Marduk logró su supremacía al derrotar a Tiamat, una diosa del caos. En la batalla, Marduk emergió victorioso y creó el mundo utilizando el cuerpo de Tiamat. Esta historia se relata en el famoso poema épico babilónico llamado "Enuma Elish".
El culto a Marduk era parte integral de la vida religiosa y social de Babilonia. El templo principal de Marduk, el Esagila, se encontraba en Babilonia y era atendido por sacerdotes que llevaban a cabo rituales, festivales y ceremonias en honor al dios. El clero tenía un rol significativo en la sociedad babilónica y se encargaba de administrar la riqueza del templo, realizar sacrificios y actuar como mediadores entre el pueblo y el dios.
El festival más importante dedicado a Marduk era el "Akitu", celebrado anualmente en Babilonia. Durante este festival, se conmemoraba la victoria de Marduk sobre el caos y se llevaban a cabo rituales, desfiles y representaciones teatrales.
Su adoración implicaba ofrecimientos, oraciones y rituales para buscar su favor y protección. Se creía que Marduk era el responsable de mantener el orden en el universo y proporcionar prosperidad a su pueblo, por lo que su culto era fundamental en la vida de los babilonios.
ISHTAR.
Ishtar es una antigua deidad mesopotámica, asociada con el amor, la fertilidad, la guerra y la justicia. Originaria de la civilización sumeria, fue adoptada por otras culturas como la babilónica o la asiria y llegando a ser nombrada diosa protectora del gran Sargón de Akkad. Como diosa principal, su influencia era vasta, considerada protectora de la vida y la fertilidad y llegó incluso hasta tiempos fenicios, aunque con el nombre de Astarté.
Se le atribuían diferentes aspectos, representando tanto la belleza y el amor como la guerra y la justicia. Ishtar estaba conectada con Venus como la estrella de la mañana y la tarde. Su mitología incluye historias como el descenso al inframundo en busca de su amado Tammuz, que simbolizaba el ciclo de la naturaleza.
Sus templos se encontraban en varias ciudades, destacando el famoso templo de Eanna en Uruk. Los rituales en su honor incluían festivales de celebración y ritos de fertilidad.
A lo largo de la historia mesopotámica, su culto tuvo influencia en la región y se mantuvo presente en diferentes formas incluso cuando las culturas evolucionaron y cambiaron. Ishtar continúa siendo un ícono poderoso de la mitología antigua, representando los aspectos más fundamentales de la vida humana y la naturaleza.
BAAL
Baal, cuyo nombre significa "Señor" en fenicio, era una deidad adorada en varias culturas del Levante Mediterráneo, como los fenicios, los cananeos, ugaritas y cartagineses. Era considerado un dios de la fertilidad, la lluvia y el trueno, con atribuciones sobre el ciclo de las estaciones y el crecimiento de los cultivos.
Su representación variaba según las regiones: a veces se le retrataba como un hombre con un rayo en la mano, otras como un toro. Su papel como divinidad agrícola y su capacidad para influir en los elementos naturales lo convirtieron en una figura central en los rituales para asegurar buenas cosechas y fertilidad en la tierra.
El culto a Baal solía implicar sacrificios, a menudo de animales, con la creencia de que estos actos propiciarían la lluvia y el crecimiento de los cultivos. Los sacerdotes de Baal tenían un papel importante en la sociedad, facilitando estas prácticas rituales y sirviendo como intermediarios entre la gente y el dios.
Baal era adorado como deidad principal en varias ciudades de la región del Levante Mediterráneo. Sin embargo, una de las ciudades más prominentes asociadas con el culto a Baal fue Ugarit, una ciudad-estado ubicada en la costa del norte de Siria, en la cual Baal era una figura central en la mitología y las prácticas religiosas. Ugarit fue un importante centro cultural y comercial donde se encontraron numerosos textos e inscripciones relacionados con las creencias y rituales asociados con Baal, además del templo más importante asociado con este dios. Se trata del templo de Eshmun. Este estaba dedicado a varias divinidades, incluido Baal, y se considera uno de los lugares centrales para el culto y las prácticas religiosas relacionadas con esta deidad. Sin embargo, es importante mencionar que Baal era venerado en varios templos a lo largo de la región, y algunos de estos lugares también eran considerados de importancia significativa para su adoración.
La adoración a Baal no estuvo exenta de controversia, especialmente durante los períodos en los que las religiones monoteístas como el judaísmo condenaban la idolatría y buscaban erradicar cultos politeístas como el de Baal.
ASUR.
Asur, una deidad principal en la antigua religión mesopotámica, era el dios supremo de los asirios. Conocido por su poder y conexión con la guerra, la sabiduría y la justicia, Asur era representado como un dios con un martillo y un arco, símbolos de su autoridad y fuerza. Su adoración se extendió a lo largo del Imperio Asirio, donde se construyeron templos magníficos en su honor, siendo el más famoso el templo de Asur en la ciudad de Asur.
Su influencia trascendió lo militar; también se le consideraba el responsable de mantener el orden cósmico y de impartir sabiduría a los humanos. Los asirios lo veían como un dios benevolente, protector de su pueblo y castigador de los malhechores. Su culto estaba acompañado de rituales y ceremonias destinados a honrar su divinidad y buscar su favor.
Si culto fue uno de los factores de la extrema belicosidad de los asirios, lo que los llevo a la conquista de todo Oriente próximo utilizando tácticas de guerra a veces muy devastadoras y crueles.
La mitología asiria narra que Asur luchó contra las fuerzas del caos para establecer el orden en el universo, convirtiéndose así en un símbolo de estabilidad y justicia.
La religión mesopotámica fue influenciada por diversas culturas y experimentó cambios a lo largo del tiempo. Con la sucesión de imperios y conquistas en la región, como los acadios, babilonios y asirios, se produjo una evolución en las creencias religiosas. La adopción de nuevos dioses y prácticas religiosas, así como la fusión de diferentes culturas, contribuyeron al declive de las creencias religiosas mesopotámicas originales. Además, la llegada y propagación de nuevas ideas religiosas, junto con cambios sociales y políticos, también jugaron un papel importante en la transformación y eventual desaparición de la religión mesopotámica antigua.
Los persas, bajo el reinado de Ciro el Grande, conquistaron Mesopotamia en el siglo VI a.C. Si bien no erradicaron las creencias religiosas existentes de inmediato, introdujeron su propia religión, el zoroastrismo, que eventualmente influyó en la región. Aunque no se puede atribuir exclusivamente a los persas la desaparición de la religión mesopotámica, su dominio y la propagación del zoroastrismo contribuyeron al cambio y declive de las antiguas creencias religiosas en la región.
JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.
Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con casi 15 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.
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Bibliografía:
Historia Antigua del Proximo Oriente y Egipto. Jasvier Cabrero Piquero y Federico Lara Peinado. Uned 2021.
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