LAS CIUDADES DEL SIGLO XXI.

Gracias al desarrollo económico, tecnológico y a la globalización, el crecimiento demográfico urbano ha crecido a un ritmo vertiginosos hasta llegar al punto de que el 55% de la población mundial se establece en grandes núcleos, llegando hasta al 75 % en los países más desarrollados.

Estas cifran aumentarán a razón de entorno a un 2% anual y afectará sobre todo a zonas de desarrollo medio-bajo, como África o Asia. para 2030, se prevé que el 80 %, lo que son unos 5.000 millones de personas, vivan en ciudades.

Sin embargo, si hablamos de las "megaciudades" (ciudades de más de 10 millones de habitantes) el crecimiento no ha sido tan progresivo como se esperaba, llegando en algunos casos a decrecer.
Los beneficios/desventajas de este proceso son:

- Concentración de pobreza, pero a su vez, ofrecimiento de oportunidades para escapar de ella.


- Tiene que existir una red económica suficiente para acoger y dar empleo a un número muy elevado de personas.


- Ofrecer servicios públicos (sanidad, educación seguridad, limpieza...)


- Al cubrir sólo un 2,8 del espacio mundial, la concentración crea efectos negativos como la contaminación , sin embargo, evita que esta esté concentrada, ya que en caso de expansión de la población esta invadiría entorno natural.


- La concentración es preferible a la periurbanización y la dispersión, ya que requiere más espacio y supone más gasto energético y contaminación.


- La urbanización rebaja la tasa de fertilidad, al mejorar las condiciones sanitarias y sociales, haciendo descender la población global.

La preponderancia de las ciudades que estamos viviendo y vamos a vivir durante lo que viene de siglo, va a hacer preciso mejorar los sistemas de gobernabilidad de las mismas, ya que cada vez se van a volver más complejas, intentando evitar su aumento descontrolado que dan lugar, por ejemplo, a barrios marginales o una contaminación descontrolada.

En algunos países se intenta controlas el flujo migratorio hacia las ciudades con políticas favorables para el entorno rural, en otros en detrimento de la población urbana. Algunos demógrafos ven el problema, más que en la emigración, en el crecimiento vegetativo de las propias ciudades, por lo que consideran que habría que hacer descender la tasa de fecundidad de las mismas.