EL NACIMIENTO DE ISRAEL.
Antes de comenzar con el nacimiento de la historia israelita, debemos de poner en el mapa la zona que conformará el país. La geografía de Israel se compone de una larga franja costera, aunque en algunos puntos llega hasta 100 km. hasta el interior, en la zona costera desde el actual Líbano hasta el desierto del Sinaí, en total unos 400 km y cuyo eje central era el río Jordán y el Mar Muerto.
La primera vez que podemos rastrear el nombre de Israel a este territorio, que antes se llamaba tierra de Canaán, es sobre el siglo XII a.C. durante el reinado del faraón egipcio Merneptah gracias a una estela que narra una victoria militar de este sobre Israel. En cuanto al nombre de Palestina, también usado en la estela, este podría provenir de "peleset", vocablo usado para llamar a los filisteos, nombre de uno de los Pueblos del Mar que a partir del 1200 a.C. se asentaron en una franja costera de Israel.
Como hemos visto, los primeros habitantes de la zona fueron los cananeos, gente sin ninguna unidad política que ocuparon el territorio desde el III milenio a.C. En el II milenio, se detectan amorreos en su migración a Siria y en el siglo XVI, a hicsos en su camino hacia Egipto. Posteriormente, Canaán será controlada por Egipto hasta que entre el siglo XV y XIV una gran revuelta de la dinastía Amurru, libera al país a la vez que los filisteos se asientan en la costa procedentes de Creta. sus ciudades eran controladas por reyezuelos que combatían entre sí y cuya actividad principal era el comercio.
La primera de las etapas en las que se divide la historia de Israel, es el Periodo Patriarcal. Aquí, según la tradición, los israelitas descienden de una familia caldea en la ciudad mesopotámica de Ur. Esta familia era la de Abraham, que migró desde esta ciudad hasta Canaán, donde los autóctonos los llamaron hebreos (gente del otro lado). A partir de aquí debieron existir muchos patriarcas, como lo fueron José, Jacob o Isaac. Según el libro del Génesis de la Biblia, eran gentes nómadas que pastoreaban y, aunque no ha habido prueba física de su existencia, sí que existen varios indicios que pueden apoyar esta narrativa.
Después del periodo patriarcal, su siguiente fase fue la estancia y posterior éxodo de Egipto. Los descendientes de Abraham, y en concreto los de la rama de Jacob, emigraron a Egipto a comienzos del siglo XVII a.C. a la vez que los hicsos entraban en el norte del país del Nilo. Según el libro del Éxodo, permanecieron 430 años donde asentarían sus bases identitarias para constituirse como pueblo. Tras librarse de la opresión egipcia gracias a Moisés, iniciaron un éxodo para regresar a Palestina. Su periplo empezó desde la ciudad egipcia de Per-Ramsés, continuó por el "Mar de las Cañas" o Mar Rojo, pasar un periodo de nomadismo en el desierto de Sinaí y alcanzar finalmente las orillas del rio Jordán, donde se dividieron en varias tribus, cada una con su propio jefe, tras apoderarse de gran parte de las ciudades-estado cananeas y posteriormente sortearse los territorios.
La visión tradicional de esta conquista confiere un carácter divino a los acontecimientos, mientras que, la historiografía más racionalista, aboga por una ocupación progresiva del territorio.
Mientras, los filisteos conquistaban parte de la costa palestina. Estos filisteos eran hábiles guerreros, seguidores del dios Dagán, con tecnología de la Edad de Hierro y certeros en el uso del carro y protegidos con armaduras de bronce. constituyeron 5 ciudades-estado con sus propios tiranos.
Tras esta conquista, el siguiente periodo será el denominado como el de los jueces. En Israel, no existía un rey que aglutinara a todas las tribus, que se gobernaban y defendían autónomamente, sobre todo con los pueblos vecinos como los amorreos, moabitas o edomitas.
La visión tradicional de esta conquista confiere un carácter divino a los acontecimientos, mientras que, la historiografía más racionalista, aboga por una ocupación progresiva del territorio.
Mientras, los filisteos conquistaban parte de la costa palestina. Estos filisteos eran hábiles guerreros, seguidores del dios Dagán, con tecnología de la Edad de Hierro y certeros en el uso del carro y protegidos con armaduras de bronce. constituyeron 5 ciudades-estado con sus propios tiranos.
Tras esta conquista, el siguiente periodo será el denominado como el de los jueces. En Israel, no existía un rey que aglutinara a todas las tribus, que se gobernaban y defendían autónomamente, sobre todo con los pueblos vecinos como los amorreos, moabitas o edomitas.
La forma de organización de estas tribus israelitas, consistía en un jefe que hacía las veces de gobernador, jefe del ejército y juez, lo que daría el nombre a este periodo. De este periodo, los más famosos serían Gedeón, que venció a los madianitas o Sansón, que también los venció. Sin embargo, el acoso filisteo que poco a poco impuso su dominio sobre gran parte de las tribus israelitas, por lo que tendrían que realizar un gran cambio en su política y que daría nombre al siguiente periodo de Israel.
Con la invasión filistea, es sistema de tribus se vino abajo y los israelitas tuvieron que adoptar un nuevo sistema más fuerte para hacerles frente. Solicitaron al juez y profeta Samuel que nombrase un rey único, por lo que eligió a Saúl como rey.
Su reinado fue corto ya que los filisteos consiguieron derrotarlo a él y a su hijo. El siguiente rey sería David, que sí fue capaz de rechazar a los filisteos, conquistar las ciudades arameas de Hamat y Damasco y conquistar Jerusalén, hasta entonces en manos cananeas, haciendo de ella su capital. Su sucesor, Salomón, asentó os dominios e impulsó las bases administrativas a la vez que impulsaba el comercio, además de construir con ayuda fenicia el templo de Jerulasén.
Tras su muerte en el 930 a.C, Roboam fue nombrado con la aprobación de 10 de las 12 tribus, lo que creó un cisma que dividió en dos reinos a los israelitas: El reino de Israel al norte y el reino de Judá al sur. El primero, tuvo que hacer frente a Egipcios, cananeos, filisteos e incluso a sus propios vecinos judaitas, avabando como vasallos del Imperio neoasirio de Salmansar III o al reino arameo de Damasco hasta que en el 722 a.C. el reino fue anexionado por el rey asirio Salmansar V.
El reino de Judá, en constante conflicto con Israel, supo aliarse con los asirios y arameos en su lucha y mantuvo su independencia hasta que en el 701 a.C. el rey asirio Senaquerib también invadió Judá quedando como vasallo.
Judá quedó sometida al Imperio asirio hasta la derrota de ante Babilonia en 615-612 a.C. pasando rápidamente a manos Egipcias, que aprovecharon el vacío de poder en la zona para invadirla, aunque poco durarían, ya que el rey Nabucodonosor II de Babilonia, se encaminó a la conquista de Palestina, venciendo a Egipcios y lo que quedaba de Asiria en la batalla de Karkemish (605 a.C.), dando por finalizado definitivamente al Imperio asirio y sometiendo a Judá a vasallaje que, tras varios gobernantes impuestos desde Babilonia, un grupo de resistencia antibabilonia asesinó a Godolías, teniendo que huir a Egipto y siendo anexionada definitivamente a Babilonia.
El siguiente giro en la historia de Israel llegaría en el 538 a.C. cuando el rey persa Ciro II, conquistó la zona, permaneciendo como parte del Imperio persa hasta que Alejandro Magno tomara la zona en 332 a.C. Tras su muerte, perteneció a los Ptolomeos de Egipto y posteriormente a Seleúcidas, gobierno durante el cual se produjeron las rebeliones de los macabeos (169-152 a.C.) y los asmoneos (135-104 a.C.), logrando estos últimos volver a unificar las 12 tribus.
En el 63 a.C. Judea, Samaria, Decápolis y parte de la costa fueron conquistadas por Roma. En el 37 a.C. Herodes el grande fue nombrado rey de Judea por los propios romanos, realizando profundos cambios en la administración y realizando un amplio programa constructivo. Ya en el año 67 e nuestra era, se iniciaría la Guerra de los Judíos contra los romanos, que dejó al país exhausto, con el templo de Jerusalén semi-destruido y sin Sanedrín (Asamblea). En el 134, Adriano destruyó totalmente el templo de Jerusalén y transformó el país en colonia romana (Aelia Capitolina) tras otra revuelta. A pesar de la total anexión al Imperio, la cultura y religión judía sobrevivió y por la región pasarían múltiples culturas, desde Árabes y turcos, hasta Ingleses, que, tras la Segunda Guerra Mundial, abandonarían palestina, conformándose el actual estado de Israel.
Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con casi 15 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.
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Historia Antigua del Proximo Oriente y Egipto. Jasvier Cabrero Piquero y Federico Lara Peinado. Uned 2021.
Con la invasión filistea, es sistema de tribus se vino abajo y los israelitas tuvieron que adoptar un nuevo sistema más fuerte para hacerles frente. Solicitaron al juez y profeta Samuel que nombrase un rey único, por lo que eligió a Saúl como rey.
Su reinado fue corto ya que los filisteos consiguieron derrotarlo a él y a su hijo. El siguiente rey sería David, que sí fue capaz de rechazar a los filisteos, conquistar las ciudades arameas de Hamat y Damasco y conquistar Jerusalén, hasta entonces en manos cananeas, haciendo de ella su capital. Su sucesor, Salomón, asentó os dominios e impulsó las bases administrativas a la vez que impulsaba el comercio, además de construir con ayuda fenicia el templo de Jerulasén.
Tras su muerte en el 930 a.C, Roboam fue nombrado con la aprobación de 10 de las 12 tribus, lo que creó un cisma que dividió en dos reinos a los israelitas: El reino de Israel al norte y el reino de Judá al sur. El primero, tuvo que hacer frente a Egipcios, cananeos, filisteos e incluso a sus propios vecinos judaitas, avabando como vasallos del Imperio neoasirio de Salmansar III o al reino arameo de Damasco hasta que en el 722 a.C. el reino fue anexionado por el rey asirio Salmansar V.
El reino de Judá, en constante conflicto con Israel, supo aliarse con los asirios y arameos en su lucha y mantuvo su independencia hasta que en el 701 a.C. el rey asirio Senaquerib también invadió Judá quedando como vasallo.
Judá quedó sometida al Imperio asirio hasta la derrota de ante Babilonia en 615-612 a.C. pasando rápidamente a manos Egipcias, que aprovecharon el vacío de poder en la zona para invadirla, aunque poco durarían, ya que el rey Nabucodonosor II de Babilonia, se encaminó a la conquista de Palestina, venciendo a Egipcios y lo que quedaba de Asiria en la batalla de Karkemish (605 a.C.), dando por finalizado definitivamente al Imperio asirio y sometiendo a Judá a vasallaje que, tras varios gobernantes impuestos desde Babilonia, un grupo de resistencia antibabilonia asesinó a Godolías, teniendo que huir a Egipto y siendo anexionada definitivamente a Babilonia.
El siguiente giro en la historia de Israel llegaría en el 538 a.C. cuando el rey persa Ciro II, conquistó la zona, permaneciendo como parte del Imperio persa hasta que Alejandro Magno tomara la zona en 332 a.C. Tras su muerte, perteneció a los Ptolomeos de Egipto y posteriormente a Seleúcidas, gobierno durante el cual se produjeron las rebeliones de los macabeos (169-152 a.C.) y los asmoneos (135-104 a.C.), logrando estos últimos volver a unificar las 12 tribus.
En el 63 a.C. Judea, Samaria, Decápolis y parte de la costa fueron conquistadas por Roma. En el 37 a.C. Herodes el grande fue nombrado rey de Judea por los propios romanos, realizando profundos cambios en la administración y realizando un amplio programa constructivo. Ya en el año 67 e nuestra era, se iniciaría la Guerra de los Judíos contra los romanos, que dejó al país exhausto, con el templo de Jerusalén semi-destruido y sin Sanedrín (Asamblea). En el 134, Adriano destruyó totalmente el templo de Jerusalén y transformó el país en colonia romana (Aelia Capitolina) tras otra revuelta. A pesar de la total anexión al Imperio, la cultura y religión judía sobrevivió y por la región pasarían múltiples culturas, desde Árabes y turcos, hasta Ingleses, que, tras la Segunda Guerra Mundial, abandonarían palestina, conformándose el actual estado de Israel.
Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con casi 15 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.
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Bibliografía:Historia Antigua del Proximo Oriente y Egipto. Jasvier Cabrero Piquero y Federico Lara Peinado. Uned 2021.
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