LAS SEGUNDAS INVASIONES BÁRBARAS




















Las primeras invasiones constituidas principalmente por pueblos germánicos, se dieron en los siglos IV y V mayoritariamente y dieron al traste con el Imperio romano de Occidente. Pero no sería la única vez que pueblos del exterior asolan Europa, ya que a partir de mediados del siglo IX llegarían otros invasores que se aprovecharían de la debilidad y fragmentación del Imperio carolingio para asolar y asentarse en territorios europeos o periféricos.


NORMANDOS



Los primeros en citar serán los normandos/vikingos. El primer ataque registrado data del 793 efectuado contra el monasterio de Lindisfarme y a partir de ahí se sucederían numerosos ataques, llegando cada vez más lejos, gracias al uso del Drakkar, una nave de poco peso y calado capaz de navegar en mar abierto, remontar ríos e incluso ser transportada por tierra. A partir de aquí los noruegos se expandieron por las costas de Escocia e Irlanda, fundando Dublín. La isla pudo ser recuperada por los irlandeses, que siempre conservaron el centro de la isla, en el 1014 tras la batalla de Clonfort. Tras la derrota y la evangelización, estos normandos se fundieron con la población. Por parte de los daneses, saquearon el puerto de Duurstede en el 834 y Amberes en el 836. En el 841 remontan el Sena y el Loira. 3 años después llegan a Galicia, donde tras un gran esfuerzo son expulsados por Ramiro I para desplazarse hasta Lisboa, por donde remontan el Guadalquivir hasta Sevilla.










En el 859 recorren el Mediterráneo saqueando Barcelona, Provenza y el norte de Italia. Algunos territorios empezaron a pagar el tributo normando, el Danegeld a fin de no ser atacados y otros se fortificaron, provocando que los normandos, al carecer de armas de asedio, se instalaran en las zonas costeras y desembocadura de los ríos. En Gran Bretaña instalaron una base en la desembocadura del Támesis desde donde iniciaron la conquista de la isla, dividida en una heptarquía de reinos.

Solo Wesexx, con Alfredo el grande logro mantener a raya a estos tras la paz de Wedmore en el 878. El resto de territorios ocupados formarían el Danelaw (tierra bajo ley danesa).

Por aquellos tiempos los suecos ya navegaban por las aguas de los ríos Dniéper, Dunia, Don y Volga, estableciendo un comercio entre el lago Ladoga y el mar Báltico con Constantinopla y Bagdad. En el 860 los eslavos de Nóvgorod invitaron al vikingo Rurik que fundó la primera dinastía de príncipes rusos. (Teoría no aceptada por historiadores rusos). La fusión entre estos vikingos, también conocidos como Rus (de rojizo, probablemente por el color de sus cabellos) o Varegos, dio lugar a los primeros estados rusos que inicialmente se constituyeron como ciudades estado, pero las amenazas del este les hizo evolucionar a monarquías. En el 860, los Varegos de Kiev asedian Constantinopla con la que consiguen un beneficioso acuerdo comercial, incluso un barrio propio en la polis. En el 882 el príncipe Oleg de Nóvgorod se apodera del principado de Kiev, sentando las bases del moderno estado ruso.

En el 911 Carlos el Simple, incapaz de frenar las incursiones vikingas, acuerda con el jefe Hrof el bautismo de este a cambio del futuro ducado de Normandía, sellado en el tratado de Saint-Claire-sur-Epte.

En el 1016 grupos de normandos se enrolan como mercenarios en el sur de Italia y Sicilia, tanto a sueldo de lombardos como de romanos, consiguiendo pronto hacerse con el principado de Aversa, desde donde se originaría el futuro reino normando de Sicilia.




MAGIARES









Más conocidos como húngaros, se trata de otro pueblo estepario que choca con la Europa oriental en sus desplazamientos al oeste. Éstos era ugrofineses (de esta etimología y su comportamiento deriva la palabra ogro) del oeste del rio Ural que durante los siglos VII-VIII se extienden por el valle del medio Volga donde se encontraron y asimilaron costumbres de tribus túrquicas de la zona. En el 889 bajo el rey Arpad atraviesan Ucrania huyendo de los pechenegos. Aun sin estado fijo, son usados por romanos contra los búlgaros durante los mandatos de León VI de la dinastía Macedónica y por germanos contra los moravos, a los que acabaron aniquilando, hasta que en el 895 se sitúan en las llanuras de Panonia, lo que pasará a llamarse Hungría. Sus primeros años siguieron sin abandonar sus costumbres tribales, su pueblo estaba compuesto por unas 6 o 7 tribus diferentes y se dedicaron durante 50 años a asolar Europa con sus incursiones, las cuales debido a su movilidad les hacían prácticamente indetenibles. Solo mediante castillos y fortificaciones se les podía evitar, aunque se dejaba el resto del territorio expuesto, siendo aprovechado por estos húngaros para el pillaje fácil. Sus incursiones llegaron hasta Baviera, Borgoña, Benevento, Pavía, Toscana, el Ródano e incluso Cataluña. La guerra contra éstos por los antiguos estados carolingios fue a nivel local, hasta que Enrique I el Pajarero les venció en el 933 en la batalla de Merseburgo y Otón I el Grande los destrozará en Lechfed en el 955.

Tras esto, atravesaron un proceso de sedentarización que acabó con las incursiones, aumentó la población del este alemán que promovería posteriormente el Drang Nach Osten y abrió de nuevo el comercio en la cuenca del Danubio, de hecho en épocas posteriores se convertirían en el escudo de Europa, frenando el avance de mongoles u otomanos.


MUSULMANES O SARRACENOS








El sur de Europa tampoco se libró de las incursiones y saqueos. Los diferentes estados islámicos del norte de África y de al-Ándalus se dedicaron al saqueo y conquista de territorios cristianos cercanos.

Los aglabíes, situados en medo de las rutas del Mediterráneo entre Argelia, Tunes y Trípoli comenzaron la conquista de Sicilia en manos del Imperio romano de Oriente en el 827 tomando Mazzara, aunque no la conquistarían entera hasta el 902 con la toma de Taormina debido a la gran resistencia ofrecida por los romanos. A la vez que se avanzaba por Sicilia se lanzaron a por el sur de Italia, tomando Brindisi en el 838 y Tarento y Bari en el 841. Desde ahí lanzaron operaciones de saqueo contra Ancona, el Tirreno y el Adriático y desde donde capturaron Malta y sometieron a tributo a Cerdeña en el 869 y poco después las Baleares. Pero su saqueo más significativo fue el llevado a cabo en el 846, tras remontar el Tiber con 80 naves saquearon los suburbios de Roma, profanando las basílicas de San Pedro y San Pablo así como sus tumbas. El duque Guido de Spoleto consiguió evacuarlos de casi todas sus posesiones en el sur de Italia, hasta que en el 951 fueron definitivamente expulsados por los lombardos.

De Al-Ándalus salieron múltiples incursiones de piratas que asolaron el sur de Francia. En el 824 y grupo de exiliados toma la ciudad de Creta. En el 842 una flota remonta el Ródano y Saquea Arles. En Fraxinetum, se instaló un nido de piratas que duró la friolera de 100 años. En el 902 el emir de Córdoba conquista las Baleares.

Tampoco ay que olvidarse de los eslavos, ya que es en esta época donde empiezan a surgir los primeros estados de estos que posteriormente configuraran las modernas naciones; pero de esto hablaremos otro día…





JOSÉ ANTONIO OLMOS GRACIA.




Policía local de profesión, desarrolla su cometido en la categoría de oficial en el municipio de Huesca, contando con más de 16 años de servicio y varias distinciones. A pesar de que su afán por la historia le viene desde pequeño, no fue hace mucho cuando se decidió a cursar estudios universitarios de Geografía e Historia en UNED y comenzar en el mundo de la divulgación a través de las redes sociales. Actualmente administra el blog elultimoromano.com así como páginas en Instagram y Facebook con el mismo nombre. Además, colabora con revistas, páginas, asociaciones, blogs relacionados con la divulgación histórica y es miembro de Divulgadores de la Historia.




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Bibliografía:


- Historia Medieval (Siglos V-XII) Editorial Universitaria Ramón Arcés. J. Donado Vara, A. Echevarría Arsuaga.


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